En Gasari Drivers Club nos gusta la aventura, es por eso que desde hace unos años participamos en una de las aventuras más completas y divertidas que tienen lugar en nuestra península, el Spain Classic Raid. Se trata de un rallye de regularidad para clásicos donde competir es lo de menos para la mayoría, la meta es disfrutar de nuestra pasión y compartir el viaje con amigos.
Todo empezaba el pasado viernes 25 de marzo, cuando el Dr. Gasari le entregaba las llaves del Marbella azul a Emilio en Santander para arrancar el rally al día siguiente. Tras una dura noche estudiando el routebook, tocaba irse a dormir. Emilio y su copiloto Rafa ya eran veteranos de esta aventura, así que la primera mitad de la etapa 1, Santander-Burgos, iba bien.
El primer problema vino cuando se quisieron lucir para la foto, y atravesaron un cruce de río como si llevaran el Toyota Hilux de Al-Attiyah en vez de un Marbella del año 85. El coche se para en mitad del río, así que Emilio y su copi se bajan y al más puro estilo Jack y Rose en Titanic con el agua hasta las pantorrillas secan el delco y vuelven a arrancarlo.
Burgos y el Dr. Gasari son testigos de la llegada de la pelotilla azul sana y salva, y se cede el testigo a los dos siguientes participantes del «Team Gasari», que deberán hacer la etapa Burgos-Soria.
Una piedra en el camino…
La mañana del domingo empieza soleada, les esperan unos cuantos kilómetros hasta la estepa española, y entre caminos y perdices avanzan sin tesón. Hasta que por casualidades de la vida se topan con otro corredor, que se sale de la rodera por miedo a no pasar, acto que copian nuestros tripulantes. La mala suerte quiere que fuera de la trazada se esconda una piedra, y hoy si este Titanic azul se hunde, pero a diferencia del buque que viajaba desde Southampton a Nueva York, lo hace de lado.
Golpe en el lado derecho, y vuelco por el lado izquierdo. Los dos pasajeros salen ilesos, no tanto nuestro Marbella. En un primer chequeo, trapecio de la dirección, amortiguador y techo están tocados, no hay forma de llegar a Soria. Una rápida gestión pone al coche en la grúa y el lunes, a rezar.
Las velas a los santos parece que funcionaron, al menos para que el coche llegara el lunes a medio día a Talleres San, donde Isma, a quien más tarde haríamos santo, debía arreglarlo lo antes posible.
La etapa de Soria a Teruel estaba siendo dura para los participantes, con mucho barro, anulación de viñetas y cambios de ruta. Más duro estaba siendo para Isma enderezar el techo, pero a base de martillo y paciencia todo quedó en su sitio para poder cerrar bien las puertas y montar la baca.
Eran las 8 de la tarde, la siguiente pareja empezaba en Teruel, y todo parecía listo. Sin embargo, nada más sacar el coche del taller algo no va bien, el Marbella pega pequeños saltos en el lado derecho, el del golpe, parece que hay daños no previstos en la transmisión.
Efectivamente, está doblada, imperceptible a simple vista, muy notable al mover el coche, así no llegamos a Teruel andando. Había otro Marbella donante allí, pero caprichos de la mecánica, como el motor y el cambio era distintos la transmisión nueva era ligeramente más corta. El Marbella dormía en Madrid, la etapa de Teruel-Valencia también estaba perdida.
Ya íbamos tarde a las fallas pero había que llegar
Al día siguiente empieza la búsqueda de la transmisión como Indiana Jones buscaba el templo perdido… y tras dos intentos, apareció una de la misma medida. Montaje más rápido que un mecánico de Le Mans y una pequeña prueba antes de ceder el coche al héroe del rallye.
Y decimos héroe porque eran las 11 de la noche cuando Roge se subió al Marbella azul para poner rumbo a Valencia, donde el Team Gasari se reengancharía al Spain Classic Raid 2022. Todos hemos hecho viajes de noche, pero creo que pocos en un Marbella recién reparado, con el colector flojo, lloviendo y solos en el coche. Y es que en Valencia esperaba su copi que viajaba desde Zaragoza. Antes de las 4 de la mañana se producía el milagro y Roge llegaba a la capital valenciana, el coche iba a poder salir de nuevo al rallye.
Entre risas e incredulidad por los petardeos del Marbella, Roge y su copi se colocaban en la salida para la etapa más larga del rallye, Valencia-Cartagena. No sabían que sería también las más complicada por las lluvias. Y tampoco sabían de donde venía el ruido de la caja de cambios que presagiaba lo peor.
Sin embargo, su tesón y el inquebrantable aguante del Marbella les hacían avanzar por caminos que parecían más río que camino, viendo como por el camino se quedaban coches más grandes y potentes, mientras el pequeño petardo azul avanzaba sabe dios con cuantos caballos de fuerza tras tantos trotes con el colector medio suelto.
Mejorando como el buen vino
El testigo se pasaba a los siguientes aventureros, que debían ir el jueves desde Cartagena a Granda, etapa 6. Los ruidos eran constantes en el Marbella, y el barro lo iba a ser en los caminos. El de la caja de cambios no cesaba, por no hablar del que emitía el motor justo a la altura del colector aflojado, así que GAES tiene dos nuevos clientes.
Tras un inicio acortado por los cambios de ruta de la organización, varios desvíos erróneos y mucho barro, llegó aun más barro en una cuesta a la que el Marbella no pudo hacer frente, aunque sorprendentemente, del pelotón de coches que iban fue el que más lejos llegó en esa zona. Media vuelta con muchas complicaciones y salida a carretera para poder llegar a Granada.
Allí el penúltimo relevo. La jornada empezaba aun más tarde para nuestro equipo, ya que la organización se asustó con el ruido del escape del Marbella, así que hubo que ir a reparar el escape en un taller, no podíamos cruzar los parques naturales sonando como si fuéramos a destruir sus árboles con motosierras.
Unos cuantos puntos de soldadura después y unos decibelios menos, el coche estaba listo. Para sorpresa de sus tripulantes, el ruido del cambio se había ido, y el coche empezaba a tener más fuerza, subiendo cuestas que antes solo hacía en primera en segunda, incluso alguna en tercera. Es como si con los kilómetros se estuviera arreglando en vez de romperse más.
Color no sabemos, pero en Sevilla ahora tienen un ruido especial
Así, sin prisa pero sin pausa, y sin ser los últimos de la clasificación, el Marbella del Team Gasari completaba la penúltima etapa del Spain Classic Raid llegando a Málaga con más barro que chapa en sus bajos. Era el turno del último relevo y ya se podía saborear la miel.
Nos gustaría deciros que los dos últimos conductores sufrieron contra la climatología, la orografía del terreno y las trampas de la organización, pero lo cierto es que solo nos mandaban fotos al sol, parando a almorzar jamón y se les veía sonreír en los vídeos. ¡Los hay con suerte!
El milagro se había obrado, la Torre del Oro recibía a los participantes, incluido nuestro Marbella, que había logrado completar 6 de las 8 etapas, con ese accidente con vuelco, regreso a reparar a Madrid, vuelta a Valencia andando por sus medios y aun así ¡no habíamos acabado los últimos! Puesto 96º de 150, aunque claro no todo el mundo corre el rallye completo, pero no se lo digáis a vuestro cuñado.
Desde Gasari Drivers Club queremos dar las gracias a la organización por su buena labor, ayuda y atención, a nuestro San Isma por reparar el coche a contrarreloj, y a todos los participantes del equipo, tanto los que corrieron como los que no pudieron, por animar, llevar el coche a cada destino y completar esta aventura. ¿Habrá que volver con otro Marbella no?