En 1970 nacía un modelo rompedor que revolucionó el mercado del automóvil, conocido actualmente como Range Rover Classic.
La marca Land Rover quería construir un coche que fuera apto para todos los terrenos y todas las ocasiones, pero repleto de lujo y confort, aunque la historia viene de antes. En 1940 la marca ya estaba creando, sin ser muy conscientes de ello, una seña de identidad con el predecesor del Ranger, el Land Rover; y aunque aquel 4×4 era más sencillo y tosco que nuestro protagonista, le abrió un camino de éxito.
Tras seis prototipos llamados Velar y 27 preseries, salía al mercado el Range Rover, un modelo ideal para la vida del día a día en carretera, para llevar a los niños al colegio o ir al trabajo, pero perfecto también para las escapadas de fin de semana al monte.
Nadie podía imaginar que una marca europea fuera capaz de crear un 4×4 elegante y lujoso; la tónica general de los 60 era crear vehículos duros como el Defender o el Toyota Land Cruiser, que eran realmente incómodos para los pasajeros.
El primer Range Rover era un modelo de dos puertas construido con paneles de aluminio con piezas en acero y se apoyaba en ejes rígidos con muelles helicoidales, en vez de las típicas ballestas. Además, tenía frenos de disco en ambos ejes.
Equipaba un motor V8 de 3.5 litros que daba 135 CV, desarrollado por General Motors, y tenía un cambio de cuatro marchas. Era un off-road realmente juguetón, capaz de alcanzar más de 150 km/h, y disponía de un sistema de tracción total con reductora, bloqueo de diferencial central o columna de dirección colapsable, que actuaba en caso de colisión evitando que el volante se incrustarse en el cuerpo del conductor.
Más adelante, en los 80, el modelo se pudo elegir con interiores de cuero o acabados en madera, lo que le daban un extra en ostentación, aunque este primer modelo no contaba con esta tapicería, tenía un interior convencional de vinilo y goma que justificaba que se pudiera adquirir a un precio más accesible en el mercado.
Y aunque este coche fue adquirido por personas de un nivel económico alto, lo curioso es que no estaba diseñado para este público. De hecho, Charles Spencer King, el jefe del proyecto, confesó que la idea de crear este modelo era para que los granjeros y constructores tuvieran un coche cómodo con el que moverse en el trabajo; pero el mercado y los clientes que lo compraban fue lo que impulsó el destino del Range Rover.
Aunque no nos sorprende su éxito entre este tipo de clientes europeos, dado que en el mercado estadounidense había modelos como el Jeep Wagoneer o el Ford Bronco, no había nada similar en Europa.
«Nadie entonces intentaba combinar la comodidad y en la carretera de una berlina Rover con la capacidad todoterreno de un Land Rover. Merecía la pena intentarlo».
Charles Spencer King, padre del Range Rover
Las ventas fueron espectaculares y las reventas se hacían a precios superiores.
En 1981 llegó la carrocería de cinco puertas y sucesivamente iba mejorando la cilindrada. Al año siguiente se puso como opcional la transmisión automática, esencial para triunfar en el mercado estadounidense.
En 1985 apareció el cambio manual de cinco velocidades y al año siguiente aterrizaron mejoras en seguridad como el ABS y los primeros motores diésel de origen VM con 2,4 litros, que llegaron hasta los 3,9 litros en 1989 y 4,2 litros en 1992.
Todo iba sobre ruedas, se podía ver como coche de ambulancia, bomberos, policía o incluso de servicio militar, e incluso en 1987 se llevó a producción la primera edición limitada del modelo, llamada Range Rover In Vogue. Se hicieron numerosos restylings y empezó a concebirse como un vehículo realmente exclusivo. En 1992 apareció una versión de batalla larga, la LSE, con suspensión electrónica ajustable en altura y control electrónico de tracción.
En 1996 se acabó la producción de esta primera generación con la que tantos soñaban conducir, pero Land Rover sólo estaba maquinando un cambio gigante en sus modelos.
Segunda generación
En 1994 BMW se apropió del Grupo Rover y sacaba al mercado el P38a, que abría así la segunda generación del Range Rover manteniendo la esencia y las líneas de la época anterior, aunque con grandes renovaciones mecánicas. De hecho, es algo que el Range Rover ha conservado hasta la actualidad y quizás sea una de las claves de su éxito atemporal.
La marca apostó cada vez más por el lujo interior. El cuero y la madera ya eran un imprescindible en el coche; también apareció el techo flotante, pero lo más reseñable fueron los nuevos motores V8 de aluminio y 3.9 o 4.6 litros, así como una variante de BMW que tenía seis cilindros y 2,5 litros.
Por otro lado, se pudieron ver cambios estéticos con un nuevo chasis con antibloqueo de frenos y faros circulares que sustituyeron a los rectangulares del primer modelo.
Con el cambio de milenio BMW decidió vender Land Rover a Ford Motor Company por 2.700 millones de dólares y provocó que la segunda generación se dejará de fabricar antes de lo esperado.
Tercera generación
El siglo XXI trajo consigo muchos cambios en la historia de este mítico modelo, la tecnología empezaba a avanzar a pasos agigantados, con lo que llegó una tercera generación a partir de 2001, siendo el primero en equipar una carrocería monocasco integral que sustituye al chasis independiente que tenía antes.
Esta tercera generación utilizaba la plataforma del BMW X5 para su producción. Se le pusieron modernos amortiguadores de gas y los ingenieros decidieron reducir el peso del vehículo diseñando numerosos elementos fabricados en aluminio ligero, incluida su estructura.
La suspensión era independiente en los dos ejes y aumentó respecto a la generación anterior, siendo más larga y por lo tanto más confortable y manejable maniobrando en trialeras. Los muelles neumáticos te permitían tener diferentes posiciones en función de la conducción, siendo más alta para la conducción en tierra o más baja para conducción deportiva en carretera.
El motor (también BMW) era de nuevo un V8 que le daba al todoterreno 286 CV, además de una variante diésel de seis cilindros en línea de 177 CV, ambos con programación doble, de manera que pueden cambiar la respuesta del acelerador en función de si se circulaba por carretera o por campo.
Con 4,95 metros de longitud, 2,01 m de ancho y 1,86 m de alto el Range Rover de tercera generación era uno de los todoterrenos más grandes que se vendían en Europa, siendo superado sólo por el Chevrolet Tahoe.
Desde luego, este modelo era muy innovador. Contaba con mecanismos como el control dinámico de estabilidad, control de descenso, distribución electrónica de frenado o asistencia en la frenada.
Se había sembrado la semilla de los todoterrenos tecnológicos, pues tan solo dos años después, en 2004, saldría un prototipo que dio mucho que hablar; el Range Stormer, un prototipo de SUV deportivo con grandes prestaciones como el sistema Terrain Response, que permite al conductor seleccionar entre seis configuraciones posibles en el menú, como la dinámica, que se utilizaba para altas velocidades, surcos profundos y apta para transitar terrenos de dificultad extrema.
El sistema Terrain Response controlaba el motor, la caja de cambios, la suspensión neumática, los controles de transmisión, control de tracción y frenos.
Otros aspectos revolucionarios como el diseño en dos piezas de las puertas o el portón que se abre electrónicamente, o el techo acristalado.
En 2005 se abrió una nueva época con la fabricación del Range Rover Sport, el que se convertiría en el modelo más vendido de la marca, alcanzando el millón de unidades vendidas. Fue un coche caracterizado por su alto rendimiento y por lo silencioso que era para la época.
Podías elegir diferentes opciones de motorización entre las que destacaba la de gasolina sobrealimentado de 4.2 litros, ambas con el sistema «Dynamic Response» que varía la dureza de las barras estabilizadoras.
Un coche potente, pero lleno de lujo, como el primer Rover Classic; en cierta manera recordaba en esencia a ese primer modelo por su fiereza y aspecto menos serio que sus hermanos, que se adapta muy bien en la carretera, pero sobre todo al campo y a las extremas rutas con desniveles.
Contaba con numerosos elementos del prototipo Stormer como el dispositivo «Terrain Response» o la pantalla desde la que se maneja el navegador, donde se podían ver algunos parámetros de la conducción todoterreno.
El primer modelo Sport de Range Rover era capaz de salvar cualquier obstáculo con gran facilidad y superaba en este ámbito a competidores como el Jeep Grand Cherokee, el Mercedes-Benz ML o el Volkswagen Touareg.
Más tarde, en 2013, saldría la segunda generación de este modelo deportivo para el que se cerraron algunas calles de Nueva York para que Daniel Craig, el actor de James Bond, lanzará la versión mejorada del modelo con una mayor potencia gracias a su motor V6 de 3.0 litros.
Última generación con motores convencionales
Y en 2012 llegamos a la última generación del Range Rover que fue pensada sin la electrificación a la vista. Se desarrollaría partiendo desde cero con motores de combustión; era un SUV de batalla larga ultraligero fabricado en aluminio, siendo un 39 % más ligero que el modelo anterior que además tenía mejoras en estabilidad, manejo, agilidad y economía de combustible.
La cuarta generación era realmente contemporánea e incorporaba un actualizado Sistema Land Rover Terrain Response, que analizaba las condiciones de conducción en cada momento y selecciona automáticamente los ajustes del vehículo más adecuados para cada terreno.
Además, este modelo estaba dotado de nuevas suspensiones delantera y trasera, también de aluminio, y regulación neumática independiente a las cuatro ruedas.
El interior era realmente moderno y refinado, caracterizado por el mejor aislamiento, además tenía una suspensión suave que otorgaba en marcha una gran comodidad a los pasajeros que podían disfrutar del novedoso audio Surround.
A partir de 2013 comenzaría una nueva fase en este atemporal modelo que se adaptaría a los tiempos con su primera versión híbrida que fue capaz de mejorar la reducción de emisiones sin escatimar en rendimiento, todo un hito para Land Rover.
Modelos especiales
También salieron algunos modelos especiales que merece la pena recordar como el exclusivo SV Autobiography, un modelo ejecutivo tope de gama, enfocado al mayo lujo posible. Este modelo no estaba hecho para los bolsillos de cualquiera, y además de tener el motor más potente de la gama, equipaba unos peculiares asientos traseros que se descolgaban hacia fuera del maletero con la intención de ser usados al aire libre.
Sacaron el Sport SVR, un modelo diseñado para ser usado en operaciones especiales; o el Range Rover Velar que cogía el nombre del primer prototipo de 1969 que con el fin de mantenerlo en secreto utilizaba este nombre en sus insignias para pasar desapercibidos. Velar, es un término que proviene de la palabra italiana “velare” que significa ocultar o cubrir.
Durante un tiempo, salió a la venta el Range Rover Fifty, una edición limitada de 1.970 unidades que se fabricó en 2020 para celebrar el medio siglo del modelo.
Actualidad/ Quinta generación
Y llegamos a la actualidad, donde aparece el inicio de la quinta generación, fabricada en aluminio para un ahorro de peso, crucial para la era de electrificación,dado que este modelo es el que más motorizaciones ha tenido en toda su historia, se puede encontrar con dos versiones diésel microhíbridas, otras dos híbridas enchufables y una tope de gama con motor V8.
También incorpora el mítico sistema Terrain Response 2, que añade diferentes posibilidades como el control de crucero para la conducción offroad o cámaras de visión exterior con realidad aumentada.
- Además Gasaris, os traemos una exclusiva porque hemos conocido que el nuevo Range Rover Sport de tercera generación está listo para su debut, y el 10 de mayo a las 20:00 se presentará al público con una nueva mecánica híbrida enchufable de 96 kilómetros de autonomía eléctrica, a la que se sumarán las variantes de diésel y gasolina. Las primeras entregas están programadas para antes de que acabe este año.
Range Rover Evoque, el pequeño de la familia
En 2008 salió por primera vez en el salón de Detroit un nuevo Concept llamado Range Rover LRX, un modelo compacto que la prensa calificó de futurista y que estaba pensado para conductores que no suelen conducir en el campo, y aunque ahora es un prototipo olvidado, fue el que adelantó muchos aspectos del exitoso modelo Evoque, que saldría a la luz en 2011.
El Range Rover Evoque fue nombrado «Coche del año» y causó sensación en su presentación en el Salón del Automóvil de París en 2010 y en los primeros 9 meses de su lanzamiento al mercado vendió 80.000 unidades, aunque realmente recibió el nombre de Range Rover por unas meras cuestiones de marketing. El Evoque es un modelo en miniatura en comparación con los Range Rover clásicos y además se fabricó bajo una plataforma completamente diferente a la de sus hermanos mayores.
Con un diseño personalizable, se podía elegir el acabado del interior o entre la carrocería de tres o cinco puertas o una amplia gama de equipamiento opcional, como cámaras de aparcamiento. Salió a la venta con tres motores a elegir, uno de gasolina y 240 CV y dos diésel de 150 y 190 CV.
Desde luego, el Evoque no fue tan exitoso por su potencia, pero sí por ser realmente cómodo y ágil, tanto en carretera, como en maniobras complicadas. Los responsables de diseño consiguieron materializar la suma de deportividad y 4×4 en una misma máquina.
También fue un modelo algo controvertido, puesto que fue el primer Land Rover donde el cliente podía optar entre un sistema de cuatro ruedas motrices permanente o bien otro de tracción sólo al eje delantero, lo cual repercutirá en el consumo de combustible y emisiones de CO2.
Después aterrizó con mejoras en tecnología, la cuales eran muy llamativas para la época, como una pantalla táctil de 8 pulgadas con Bluetooth, que hacía de centro de control del vehículo y donde se podía poner el sistema de Navegación Premium. Además, fue el primero en disponer de reglajes eléctricos y botones que memorizaban la posición del conductor.
Pese a las grandes mejoras en cuanto a conectividad, tenía algunos “peros”. La filosofía de la marca empezó a variar un poco a raíz de este novedoso modelo, dado que no equipaba reductora ni bloqueo de diferencial de serie como sus abuelos, y por lo tanto, abandonaba la faceta más off-road que siempre había tenido. El que se compró un Evoque se llevó un modelo realmente espacioso, cómodo y aventurero para largos viajes en familia.
Además, en 2015 salió a la venta el Evoque Convertible, el primer Range Rover descapotable. Un extraño SUV compacto 4×4 para el mercado premium y contaba con un elemento de seguridad muy curioso, un doble arco de aluminio en la parte trasera que se activa en 90 milésimas de segundo en caso de volcar para proteger a los integrantes del vehículo.