La historia de Nürburgring, templo e infierno

El más grande de los grandes circuitos, como lo llamaba Emerson Fittipaldi, Nürburgring, es mítico y prácticamente conocido por todo amante del motor, el más famoso del mundo. Sus orígenes e historia no tanto, por eso aquí queremos que conozcas como empezó todo, como acogió a carreras de todo tipo, y como sus curvas han llegado a ser hoy en día tan temidas como idolatradas. El Infierno Verde lo apodó Jackie Stewart, pero también es un lugar de peregrinación para todo fanático del automovilismo, o las dos ruedas, al que cada año llegan deportivos de todas partes para disfrutar de su asfalto en la variante norte, el Nordschleife, y que después de más de 90 años hace vibrar a todo aquel que se atreve a acelerar en él.

Nace «El Ring». Primeros años

En abril de 1925 se empezaba a construir el circuito de Nürburgring, diseñado por Otto Creutz. En sus primeros bocetos el trazado recorrían a través de más de 170 curvas 28,3 kilómetros de la región de Eifel, con una anchura de 6,7 metros, lo que en aquella época era menos que en otros circuitos. ¿Por qué? Porque originalmente sería un circuito de pruebas para marcas o quien fuese, no para competir varios coches a la vez. Pero en 1927, el rumbo de la pista cambió al celebrarse el primer gran premio, de automovilismo y motociclismo de Alemania.

Ya en sus primeros años, un trazado de casi 30 kilómetros era una locura, así que se dividió en dos, la variante norte, Nordschleife, de 22,8 kilómetros, y la sur, Südschleife, de 7,5 kilómetros. Así Nürburgring se formaba y vivía en torno al trazado norte desde 1929. Pero todavía tenía una extensión desafiante para los pilotos, así que era muy importante rodar en él mucho para memorizar la mayor parte posible y poder arriesgar en esas zonas. Aquellos pilotos que lo lograban se les denominaba «Ringmeisters«, maestros del circuito.

Y llegó la Segunda Guerra Mundial…

Como en todo el mundo, la Segunda Guerra Mundial paralizó las competiciones en Nürburgring. La inactividad fue total, ya que incluso los fabricantes de automóviles alemanes se vieron forzados a fabricar material bélico.

Fangio y Stirling Moss

Acabado el conflicto, el «Ring» volvió a todo su esplendor competitivo. Alemania se recuperaba de la guerra, pero el circuito parecía ir años por delante en salud. En los años 50 las competiciones de motor proliferaban en el circuito alemán, gracias en parte a la llegada del Campeonato del Mundo de Formula 1.

Allí ganaron renombre más rápido aún grandes pilotos como Nuvolari, Fangio, Ascari o Jackie Stewart, con grandes carreras que normalmente se teñían de rojo por algún accidente, a pesar de que ya empezaba a ser llamado el Infierno Verde.

En los años 50, más allá de la F1, el circuito entró en una etapa efervescente, acogiendo competiciones de todo tipo, incluso del Campeonato del Mundo de Resistencia, donde se corrió hasta 1990, con los 1000 km de Nürburgring, y que dejó grandes carreras y momentos, como el récord no oficial de Stefan Beloff de 6:11.13 a bordo del Porsche 956 en la clasificación de los 1.000 km de Nurburgring de 1983.

Años 60 y 70: adiós al GP de Nürburgring

La tecnología y la industria del automóvil avanzaban tan rápido como los coches que creaban, y todo eso se trasladaba a la competición. El espectáculo era mayor, los riesgos también. Especialmente en Nürburgring, donde la velocidad parecía aun mayor por su estrechez, y los pilotos que rodaban en el Nordschleife con máquinas cada vez más potentes empezaban a ver más nítidamente el riesgo que corrían.

En 1970 Hockenheim sustituyó al Ring como Gran Premio de Alemania en la Formula 1, pues no se podía correr en Nürburgring sin cambios en su trazado para hacerlo menos peligroso. Con esos cambio se dio forma a la pista actual, con vallas protectoras y otras medidas, pero como los coches eran más y más rápidos pronto volvió a quedar obsoleto.

Al ser tan largo había un problema añadido, a nivel televisivo no se podía cubrir todo el recorrido con cámaras de televisión dada la tecnología de la época, así que no era tan atractivo para el espectador. El remate final a su fin en el calendario lo puso el terrible accidente que casi le cuesta la vida a Niki Lauda en 1976. Tras este incidente la F1 se marchó y finalmente la pista cerró en 1982.

Reconstrucción del circuito

Entre los años 1982 y 1984, Nürburgring se sometió a una profunda remodelación, reconstruyendo el circuito desde cero, y creando una nueva pista de 4,5 kilómetros adaptada a la normativa FIA. No fue un éxito de audiencia ni tampoco tenía el favor de la opinión popular debido a la diferencia con el trazado original, así que tras su regreso a la F1 en 1985 se cayó de nuevo del calendario.

Después de ese chasco el Nordschleife empezó a ganar más popularidad entre los aficionados al motor, ya que se podían dar vueltas pagando una especie de «peaje», además de organizarse trackdays de primer nivel con gente llegada de todas partes de Europa e incluso del mundo. Como competición de primer nivel, solo las 24 Horas de Nürburgring del campeonato alemán se mantienen, así como otras pruebas menores, pero su fama y su legado siguen siendo internacionales.

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