El museo bilbaíno inauguró el pasado 8 de abril una exposición dedicada a los amantes del arte y el automóvil llamada «Motion. Autos, Art, Architecture». Está patrocinada por Iberdrola y Volkswagen Group, y dirigida por el famoso arquitecto británico Norman Foster, quien decidió que no había mejor manera de compartir sus pasión por los vehículos que una exposición que mezclase lo mejor de sus dos mundos.
La exposición está llena de arte y no deja a nadie indiferente; «Motion Autos, Art, Architecture» está compuesta de 38 vehículos elegidos bajo unos criterios de selección muy precisos como son su belleza, singularidad, progreso técnico y visión de futuro. El espectador puede disfrutar de diferentes disciplinas como la pintura, la escultura, la arquitectura, la fotografía y el cine.
Se compone de un recorrido histórico que va desde los primeros carros sin caballos hasta los modelos más vanguardistas y está dividida en siete secciones llamadas: Comienzos, Esculturas, Popularización, Deportivos, Visionarios, Americana y Futuro.
Norman Foster considera que “el automóvil es un artefacto cultural por derecho propio” y está convencido de que ahora entra en una nueva era marcada por unos coches eléctricos más sostenibles, seguros y adaptados.
Varios modelos han sido prestados por el propio Foster para la colección como un Willys MB de 1945, el conocido jeep del ejército norteamericano, o el Dymaxion Car de 1933, obra del inventor y arquitecto Buckminster Fuller.
Pero no solo eso, podemos encontrar verdaderas joyas de patrimonio histórico como un Rolls-Royce 40/50 Alpine Eagle (1914) o el Mercedes-Benz 300 SL Coupé (1955). También modelos de cine como Aston Martin DB5 de James Bond (1964) o algunos demasiado visionarios para la época como el Tatra T87 o los prototipos Firebird I, II y III de General Motors para las exhibiciones Motorama de los años 50.
Electricidad y Romanticismo
La electricidad es una de las palabras clave de la exposición; de hecho, una de los aspectos estrellas del evento es la sala especial de Clay Modelling Studio, que en colaboración con Cadillac han llevado una réplica en arcilla a tamaño real del LYRIQ, el primer vehículo nacido totalmente eléctrico de la marca; un proyecto ideado en 1930 por General Motors y su jefe de diseño Hearly Earl.
Toda la exposición es puro arte, y mientras que el centro de atención se dirige a los automóviles, numerosas obras y esculturas se encuentran situadas alrededor. La serigrafía dedicada al primer automóvil Benz, el PatentWagen, o publicidad de época muestran la íntima relación de la arquitectura y el diseño de vehículos a lo largo del tiempo.
El romanticismo del viaje en coche también es uno de los temas recurrentes y podemos transportarnos a esos bellos momentos gracias a las fotografías de Jack Kerouac, autor de la mítica generación Beat, que evoca a grandes espacios abiertos y las imprescindibles y alegóricas gasolineras en un largo viaje.
Además, los asistentes pueden disfrutar del sonido de hasta diez motores con diferentes arquitecturas y dejar volar su imaginación sintiéndose el protagonista de una novela de amor a bordo de un Bugatti Type 57SC Atlantic o un Hispano-Suizo H6B Dubonnet. Ambos vehículos están considerados de los más bellos de la historia y están cotizadísimos.
Desde luego, «Motion. Autos, Art, Architecture» es todo un placer para los sentidos de un amante del motor y el Doctor Gasari se encontraría fascinado por tanta belleza poética.
La exposición finaliza con Future, que se basa en la visión que propone un grupo de estudiantes de 16 escuelas de diseño y arquitectura de cuatro continentes.
Todos ellos han sido invitados por la Norman Foster Foundation a imaginar cómo sería la movilidad a finales de este siglo, coincidiendo con el momento en que se cumpliría el bicentenario del nacimiento del automóvil.
El Museo Guggenheim
El Museo Guggenheim fue inaugurado el 18 de octubre de 1997 por el Rey Juan Carlos I de España para recoger obras de arte contemporáneo en la ciudad de Bilbao en el País Vasco y se constituye como uno de los proyectos culturales más ambiciosos del siglo XX y es uno de los museos más grandes de España. Presenta exposiciones permanentes o nómadas de artistas españoles e internacionales.
Este popular edificio fue diseñado por el arquitecto canadiense Frank O. Gehry y fue concebido como parte de un ambicioso plan para transformar por completo la ciudad de Bilbao.
El Guggenheim siempre ha recibido muchas críticas por parte de la sociedad vasca y en su construcción muchos fueron los que denominaron a este proyecto de experimental, derrochador, incluso algunos dudaban que su fin fuera cultural y lo tachaban de una inversión empresarial.
Pero estas críticas acabaron por desaparecer por el gran éxito mundial que tuvo y el turismo que trajo consigo. En sus primeros tres años, casi 4 millones de turistas visitaron el museo, generando alrededor de € 500 millones en actividad económica.
Norman Foster
Foster estudió arquitectura en la Universidad de Mánchester y ha recibido varios premios importantes como el Prtizker en 1999, el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2009 o la medalla de oro del instituto americano de arquitectura.
Su primer trabajo de importancia en España fue la torre de comunicaciones de Collserola en Barcelona inaugurada en 1991 con motivo de los Juegos Olímpicos del año siguente. Además, su historia en nuestro país no se queda ahí, pues en noviembre de 2016 fue el encargado de la adaptación del nuevo Salón de Reinos en el Museo del Prado.
Foster siempre manifestó su pasión por el diseño de coches, locomotoras y aviones. Tal es el interés del arquitecto por el mundo del motor, que hace tres años que propuso esta exposición a los responsables del Guggenheim.